Alberto y Leidy son los orgullosos padres de Eimel, de 9 años, y Eimy, de 6 años. Durante mucho tiempo, enfrentaron un reto significativo en su hogar: los pisos estaban en muy mal estado. Esta situación afectaba la calidad de vida de la familia, ya que los niños se tropezaban con frecuencia y no podían jugar dentro de casa.
Un desafío familiar
Decididos a mejorar su situación, Alberto y Leidy tomaron acción. Con entusiasmo, se pusieron manos a la obra y recibieron la valiosa ayuda de voluntarios de Hábitat Trinity. Juntos, trabajaron arduamente en la galería y la sala, asegurándose de que cada rincón quedará en perfectas condiciones.
Una transformación notable
Con los nuevos pisos, la transformación fue impresionante. Eimel y Eimy ahora pueden correr y jugar libremente dentro de la casa sin temor a tropezar. Leidy, con una sonrisa, expresó su satisfacción: