100 mil pisos para jugar en Guatemala
otro caso de éxito
100 mil pisos para jugar en Guatemala, otro caso de éxito
La iniciativa 100 mil pisos para jugar sigue siendo un ejemplo de nuestro compromiso como Hábitat para la Humanidad en mejorar la calidad de vida de las familias más vulnerables de la región; el estudio realizado en las comunidades de El Molino y Tonanyaju, en Guatemala, destaca los impactos positivos en la salud, la economía y el desarrollo educativo de las familias que hacen parte del proyecto.
Para esta evaluación, se utilizó una metodología cualitativa que incluyó encuestas, grupos focales y entrevistas individuales, enfocada en la caracterización de las familias y el análisis de la contribución de la iniciativa en diferentes áreas de impacto.
El estudio incluyó a 53 familias, con un total de 143 personas (56% hombres y 43% mujeres). El 43% de las personas tenían menos de 18 años, un ingreso mensual promedio de 1229 quetzales (aproximadamente US$160), quienes, en su mayoría, trabajaban en el sector informal.
Los principales hallazgos muestran un impacto positivo y significativo en la vida de las familias participantes:
Salud: Las familias experimentaron una disminución en la incidencia de enfermedades respiratorias y diarreicas gracias a una mejor higiene en el hogar y la reducción de la exposición al polvo, también se percibió una mejora en el bienestar general y una disminución del estrés.
Desarrollo económico: Las familias ahorraron en productos de limpieza y reportaron un aumento en la productividad de sus actividades económicas debido al mejoramiento de sus viviendas.
Educación: Los niños mostraron una mayor motivación para jugar y estudiar, asimismo, se observó un aumento en su asistencia escolar.
La iniciativa 100 mil pisos para jugar ha demostrado generar un impacto positivo y sostenible en la vida de las familias en Guatemala. “Antes en nuestro cuarto había muchos insectos y polvo, ahora tenemos un ambiente más limpio y cómodo”, dice Eustaquia. La sustitución de pisos de tierra por pisos de concreto contribuye significativamente a la mejora de su salud, la estabilidad económica y el desarrollo educativo de los niños. Estos resultados refuerzan la importancia de nuestras intervenciones y nos impulsan a continuar trabajando para construir un futuro mejor para las comunidades más vulnerables.