Devocionales de Cuaresma 2024
La Cuaresma es una época de 40 días, sin contar los domingos, que empieza el 14 de febrero con el Miércoles de Ceniza, y termina el sábado antes de Pascua.
Es un tiempo de preparación, de examen de conciencia y reflexión, en nuestro camino hacia la cruz.
Los devocionales de esta serie están diseñados para que usted pueda usar uno para cada semana de Cuaresma, enfocarse y aprender sobre el amor tomando en cuenta el ejemplo de Jesús.
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Semana 1
Amor en acción
Por Frank Wrenn
¿Acaso el ayuno que he escogido es solo un día para que el hombre se mortifique?
¿Y solo para que incline la cabeza como un junco, se ponga ropa de luto y se cubra de ceniza?
¿A eso llaman ustedes día de ayuno y el día aceptable al SEÑOR?
El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo,
poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura?
¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dar la espalda a los tuyos?
— Isaías 58:5-7, Nueva Versión Internacional
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Usualmente, escucho esta Escritura en los servicios del Miércoles de Ceniza, mientras mi congregación comienza la temporada de Cuaresma. Para muchos, la Cuaresma es un tiempo para ayunar o negarnos algo. Parece irónico que esta Escritura conduzca a esta temporada. Sin embargo, me recuerda que, incluso cuando las cenizas se ponen en mi frente, no es la apariencia de contrición o piedad lo que importa, sino más bien la pregunta de cómo estoy respondiendo al llamado de Dios para servir a los demás.
¿Importa que estoy ayunando si no estoy ayudando a alimentar a los que tienen hambre?
¿Importa que esté siguiendo todos los rituales si no estoy luchando contra la opresión y la marginación sistémica?
¿Importa que solo asisto a la iglesia cuando soy llamado a SER Iglesia?
Hay una gran diferencia entre profesar la fe y vivirla. Hay un enorme abismo entre afirmar amar al prójimo y poner el amor ilimitado de Dios en acción.
Poco después de lavar los pies de sus discípulos, Jesús proclamó: “Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros.” (Juan 13:34) Él mostró este amor a sus discípulos por la acción visible de lavarles los pies. El amor de Cristo exige acción de nuestra parte.
Estamos llamados no solo a proclamar nuestra fe, sino a vivir nuestra fe y el amor de Cristo a través de la acción. ¿Y no es eso exactamente de lo que se trata el ministerio de Hábitat? “Hábitat para la Humanidad convoca a las personas para construir viviendas, comunidades y esperanza, y así mostrar el amor de Dios en acción”.
Oración
Señor, ayúdanos a saber que vivimos en Tu mundo y estamos llamados a amar y a ser Iglesia: para celebrar Tu presencia, amar y servir a los demás, buscar la justicia y resistir el mal. Danos la fuerza para romper el ciclo de opresión e injusticia. Ayúdanos a medida que nos esforzamos por ser Tu Iglesia, llevando a cabo Tu reino en la Tierra. Amén.
Preguntas
- ¿Qué estoy haciendo para liberar a los oprimidos? ¿Para vestir y alojar a los necesitados?
- ¿Las acciones de mi comunidad de fe combaten la injusticia o apoyan el statu quo?
- ¿Cómo estoy siendo llamado a vivir mi fe? ¿Cómo estoy siendo llamado a amar a los demás?
Frank Wrenn es director de Alianzas Corporativas en Hábitat para la Humanidad Internacional. Trabaja en la sede en Atlanta, Georgia, EE. UU.
Semana 2
Vivir en el amor
Por Karla Sandoval
Hagan todo con amor.
— 1 Corintios 16:14, Nueva Versión Internacional
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El mandato “Hagan todo con amor” es una frase corta pero poderosa, que a la vez es una bendición y un desafío.
Crecí en un barrio muy pobre en Costa Rica. A veces, cuando mi mamá no tenía suficiente dinero para comprar comida para el día, empacaba algunas frutas o verduras y las vendíamos a nuestros vecinos. Cuando teníamos suficiente dinero, íbamos al mercado a comprar para el día. De vez en cuando, conocíamos a alguna familia con mayores necesidades que la nuestra y mi mamá regalaba nuestros productos. Siempre me asombrada y me preguntaba por qué lo hacía cuando necesitábamos el dinero; pero ella solo sonreía con sus hermosos ojos llenos de amor. No necesitaba más explicación.
Cada vez que pienso en ese “Hagan todo con amor”, recuerdo los ojos de mi madre, así como todo lo que ha hecho y sigue haciendo por amor.
¿Qué significa “hacer todo con amor”? Es una invitación a incluir el amor en cada aspecto de nuestras vidas. ¿Te imaginas acercarte a cada momento, cada decisión, cada interacción con el pensamiento del amor en tu mente?
Como parte de nuestro ministerio en Hábitat, es esencial que acojamos el principio de hacer todo con amor y colocarlo en el centro de todo lo que hacemos. Este principio debe guiarnos en nuestras acciones y metas, así como reflejarse en nuestros servicios, programas, iniciativas comunitarias y alianzas. Es una oportunidad para difundir positividad y llevar esperanza y dignidad a las personas que servimos.
Este principio nos anima a ser más empáticos y comprensivos unos con otros y a encontrar soluciones que no solo aborden las necesidades inmediatas, sino que también empoderen a las personas y comunidades con apoyo y atención duraderos. Significa hacer una pausa para apreciar a las personas dedicadas que contribuyen a la misión de Hábitat. Significa pensar en formas en las que el amor se puede demostrar dentro del equipo y crear un ambiente en el que cada miembro se sienta valorado, apoyado y alentado.
Oración
Querido Padre, mientras reflexionamos sobre Tu amor en esta temporada de Cuaresma y continuamos en esta travesía con Hábitat, pedimos humildemente Tu guía. Que el mandato de “hacer todo con amor” sea más que palabras; que se convierta en el latido del corazón de nuestra organización. Por favor, bendícenos con la sabiduría para servir con compasión, la fuerza para perseverar en el amor y la humildad para seguir aprendiendo a amar mejor. Amén.
Preguntas
- Visualiza el día de mañana y las tareas que puedas encontrar. ¿Cómo puedes abordar cada uno de estos momentos con una actitud amorosa y compasiva?
- Piensa en tus interacciones y decisiones recientes. ¿Fueron guiadas por el amor? Reflexiona sin juicios, reconociendo áreas donde el amor podría haber jugado un papel más prominente.
- Explora formas de cultivar la empatía y la comprensión dentro de tu equipo. ¿Cómo puedes escuchar y comprender activamente las necesidades de quienes servimos? ¿Cómo puede nuestro trabajo ser una expresión tangible de amor por quienes tienen necesidades?
Karla Sandoval es directora de Finanzas Internacionales de Hábitat para la Humanidad Internacional. Trabaja en la sede en Atlanta, Georgia, EE. UU.
Semana 3
Ser amable vs. bondadoso
Por Jennifer T. Holmes
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni presumido ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad.
— 1 Corintios 13:4–6, Nueva Versión Internacional
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Recientemente, me encontré con un video en YouTube titulado “Stop Being Nice So You Can Be Kind” (“Deja de ser amable para que puedas ser bondadoso”). Mientras veía el video, surgieron en mi mente los comportamientos que suelo practicar en mis esfuerzos por ser “amable”. Normalmente, me siento obligada a explicar el “por qué” detrás de mis decisiones, incluso cuando nadie pregunta. A menudo, siento la necesidad de resolver los problemas de otras personas, aunque no pidan mi ayuda. Para muchos de nosotros, el condicionamiento social de ser “amable” (p. ej., abandonar nuestras necesidades para acomodar las de los demás, asumir la responsabilidad de “mantener la paz”, guardar silencio sobre lo que pensamos o sentimos) comienza a una edad temprana. Esto es particularmente cierto para las personas que se identifican como mujeres, así como otras personas histórica y sistémicamente marginadas.
Ser amable se centra en lo que creemos que podemos obtener del favor de otra persona. Debido a que la amabilidad no requiere autenticidad, practicarla regularmente puede llevar a sentimientos de resentimiento, a abarcar demasiado y a ser subestimado(a). Según la escritura anterior, ser amable difiere en mucho de ser bondadoso.
La bondad es un tipo de amor que hace espacio para que otros vivan el propósito que Dios les ha dado, sin que intentemos influenciarlos. La bondad es una acción de amor que elimina la ambición egoísta y el ego. Cuando estamos motivados por la bondad, usamos nuestros puestos para construir a las personas, en lugar de usar a las personas para construir nuestros puestos. La bondad es un amor que vive en la verdad. La bondad dice la verdad en nuestros horarios y nuestras finanzas, así como en las relaciones con Dios, nosotros mismos, nuestros colegas y las personas a las que servimos en nuestro trabajo con Hábitat. La bondad lleva a que todos sean respetados y valorados de forma equitativa.
Durante este tiempo de Cuaresma, escojamos la bondad por encima de la amabilidad cuando reflexionemos sobre el amor que llevó a Jesús a la cruz.
Oración
Señor, Tú eres el mejor y único ejemplo de amor verdadero. Oramos por la ayuda del Espíritu Santo para resistir comportamientos simulados, como la amabilidad, y ser guiados en la práctica de la bondad como nuestra expresión de amor hacia Ti. Amén.
Preguntas
- ¿Con quién y de qué manera te encuentras queriendo ser amable?
- Con base en la escritura referenciada, ¿puedes recordar una experiencia en la que hayas sido bondadoso en lugar de amable y el resultado fuera decepcionar a otra persona? ¿Cómo manejaste saber que, aunque tomaste la acción apropiada en la situación, la otra persona no vio el valor de tu enfoque? ¿Manejarías la situación de la misma manera en el futuro?
- ¿Cómo se ve la bondad en tu vida?
Para más sobre ser amable versus ser bondadoso, vea el video “Being a Nice Person Is Not the Same as Being Kind. Why the Difference Is So Important” de CNN.
Jennifer Holmes es oficial de desarrollo de Hábitat para la Humanidad Internacional. Trabaja en Chicago, Illinois, EE. UU.
Semana 4
Motivar la misión: redefinir la amistad en tiempos modernos
Por Cheyne Collier
Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y a una sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
— Romanos 15:5-6, Nueva Versión Internacional
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En nuestros tiempos, no valoramos mucho la amistad y muchas publicaciones reportan que los EE. UU. se encuentran en una “recesión de amistad”. Normalmente, imaginamos la amistad como una fase de transición a otras relaciones románticas o profesionales y olvidamos el poder que tiene apoyar a los demás. La falta de una amistad significativa en nuestras relaciones afecta de forma negativa nuestro trabajo y nuestra salud mental, así como la capacidad de esforzarnos por vivir bien juntos. Es fácil enfocarse demasiado en lo negativo de estas relaciones durante las temporadas de sacrificio, como la Cuaresma, pero recordemos que reflexionamos sobre lo que está roto para buscar la restauración.
En Romanos, Pablo ve estos efectos en la Iglesia Romana mientras aborda el conflicto con diversidad de personas. Tenemos a los principales representantes del pueblo judío y a los gentiles, pero cada grupo proviene de diversidad de sectas, etnias y prácticas religiosas de todo el mundo —todos con puntos de vista contradictorios sobre lo que es bueno para el nuevo movimiento cristiano. Pablo encuentra la solución a los problemas de esta comunidad en el amor centrado en los demás que practicaba Jesús, quien era amigo de recaudadores de impuestos y pecadores, y cuyos discípulos más cercanos eran un grupo diverso de personas con diferentes puntos de vista y antecedentes.
En Hábitat, hemos conocido el poder de las alianzas desde nuestros inicios, como elemento básico en nuestra misión de construir viviendas adecuadas. Por esta razón, los valores de las alianzas fueron centrales para el trabajo del equipo de Vida Espiritual en nuestros fundamentos de fe. Reconocemos que caminar humildemente con Dios nos permite estar abiertos a amar a todos nuestros vecinos. Se requiere que amemos a los demás desde diversos lugares y apoyemos sus cargas, especialmente en esta temporada, porque la Cuaresma no se trata solo de sacrificio, sino de sacrificio para la restauración de las correctas relaciones en el mundo. A medida que asumimos desafíos difíciles, recordemos que no podemos esperar a que otros nos traigan estas alianzas. Debemos modelar y buscar este amor que carga nuestros problemas y nos alienta, porque puede ser la luz en la oscuridad, no solo para quienes servimos, sino también para nosotros mismos.
Oración
Dios amoroso y omnipresente, nos empoderas a través de Tu amor para hacer lo imposible y no nos abandonas. Permítenos encontrar Tu imagen en todas las personas y trabajar juntos. Que apoyemos y alentemos las amistades y alianzas que Tú nos brindarás en lugares inesperados. Que podamos crecer a través de las diferencias y los desafíos para hacer realidad Tu visión de vivienda adecuada para todos. Que no esperemos a que otros nos encuentren, sino que busquemos amor y escuchemos mientras forjamos nuevas conexiones. En Tu santo nombre, Amén.
Preguntas
- ¿Han aparecido amistades o alianzas inesperadas en tu vida? Si es así, ¿cómo te han sorprendido al apoyarte? Si no, ¿cómo podrías estar más abierto a acoger tales relaciones?
- Cuáles son algunas maneras en las que puedes comunicarte para apoyar a nuevas amistades o alianzas en la vida y nuestra misión?
- ¿Qué desafíos anticipas para entender otras perspectivas distintas a las tuyas y cómo puede ser esto un aspecto transformador para apoyar las cargas de los demás?
Cheyne Collier es una pasante de Vida Espiritual en Hábitat para la Humanidad Internacional. Trabaja en la sede en Atlanta, Georgia, EE. UU.
Semana 5
Actos de amor
Por Rhoda Goremucheche
Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
— Juan 15:12–13, Nueva Versión Internacional
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Mientras reflexionaba sobre el mandamiento de Jesús de amarnos unos a otros como Él nos ha amado, pensé en cómo Él ama.
Su amor no es pasivo ni neutral. Su amor decide. Su amor actúa.
El amor actuó cuando Él fue haciendo el bien. El amor sanó a la mujer con su problema en la sangre. El amor comió con los “inmundos”. El amor se detuvo, miró al árbol y habló con Zaqueo. En el pozo, el amor esperó a la mujer samaritana. El amor expulsó a los mercaderes del templo. El amor razonó con Nicodemo. El amor alimentó a los 5000 sin desperdiciar. Al final, el amor colgó de la cruz. El amor sangró. Jesús dio Su vida por nosotros en Su amor.
Entonces pensé: “¿Qué significa esto para mi trabajo con Hábitat? ¿Cómo doy mi vida por las familias a las que servimos (1 Juan 3:16-18)? Nunca conoceré a la mayoría de ellas. ¿Cómo las amo?” Tal vez la mejor manera es a través de mi trabajo y contribución: trabajando para el Señor (Colosenses 3:23). Por lo tanto, he decidido dejar varias cosas, como mi actitud, rutina, timidez e inflexibilidad.
He despertado a la realidad de nuestro trabajo —no se trata solamente de viviendas construidas o reparadas. No son solo instalaciones de agua rehabilitadas o construidas. No son solo posturas políticas o victorias. No son solo mediciones. Son acciones que cambian la vida y benefician a Su pueblo —personas con destinos, sueños, aspiraciones y planes para las generaciones futuras.
Por lo tanto, el amor exige que colabore y sea paciente, dentro y fuera de mi equipo, y que brinde y reciba gracia. El amor exige que aprenda de y con los demás. El amor exige que le diga la verdad al poder. El amor exige que mejore mis habilidades. El amor exige que coloque a las personas en el centro de mi trabajo.
Por supuesto, entré un poco en pánico al pensar cómo lograría esto. Entonces recordé que el Espíritu Santo es nuestro ayudante, que nos acompaña y trabaja en nosotros para que tengamos la voluntad y actuemos para cumplir nuestros compromisos (Filipenses 2:13). Durante la Cuaresma, mientras reflexionamos sobre el último acto de amor de Jesús, amémonos los unos a los otros como Él nos amó.
Oración
Señor Jesús, siempre eres bueno. Gracias por amarnos. Por favor, ayúdanos a amarnos los unos a los otros como Tú nos has amado. Que el amor alimente nuestro trabajo en Hábitat y traiga gloria a Tu nombre. Amén.
Preguntas
- ¿Cómo crees que sería el hacer de tu vida una expresión de amor?
- ¿Hay cosas o áreas específicas en las que te sientes desafiado a poner el amor de Dios en acción a través de tu trabajo?
- ¿Cómo involucras al Espíritu Santo para ayudarte en tu trabajo?
Rhoda Goremucheche es gerente global de evaluación e investigación en Hábitat para la Humanidad Internacional. Trabaja en Pretoria, Sudáfrica.
Semana 6
El amor redentor siempre cuelga de una advertencia
Por Ronald Kiconco Ongopa
Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo; pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya.
— Lucas 22:42, Nueva Versión Internacional
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No hay amor como aquel entre un padre y un hijo, por lo que perder a un hijo siempre es difícil. Mientras Jesús ora las palabras de las Escrituras anteriores en el Monte de los Olivos, el dolor asociado con la pérdida y el abandono son elementales en las peticiones entre el Padre y el Hijo. Son Padre e Hijo aventurándose en un reino que requiere la voluntad de perder, de renunciar a la propiedad y a lo familiar. Es un reino de fe en lo desconocido, donde la esperanza se experimenta antes y no después, y lo invisible es atestiguado, pero no sin dolor físico y pérdida.
Dietrich Bonhoeffer, en su libro The Cost of Discipleship (El costo del discipulado), captura este enfrentamiento cuidadosamente al describir el llamado al discipulado: “Si debemos seguir a Jesús, debemos dar ciertos pasos definitivos. El primer paso, que sigue al llamado, desconecta al discípulo de su existencia anterior. El llamado a seguir de inmediato produce una nueva situación. Permanecer en la anterior situación hace imposible el discipulado.”
Ese llamado de la Escritura exige una transición de “Padre, si quieres, no me hagas beber este trago amargo” a “…pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya.” Es un llamado a la obediencia y, como bien dice Bonhoeffer, “coloca al discípulo en una situación donde la fe es posible”.
La Cuaresma no es un recordatorio de incógnitas naturales negativas que resaltan el temor, sino del amor redentor mostrado a través de las Escrituras y de las personas que cada día representan a la Iglesia: desde la prueba de fe de Abraham con su hijo Isaac (Génesis 22:1-19), hasta las pérdidas de Leví como recaudador de impuestos (Mateo 9:9), hasta la travesía de Millard Fuller en Hábitat para la Humanidad. El amor redentor para un mundo tan necesitado siempre depende de la advertencia “…pero no se cumpla mi voluntad, sino la tuya.” Depende de la voluntad de renunciar a la “propiedad” y apoyarse en la fe en Dios. Solo entonces se puede cambiar la esperanza intangible por una experiencia tangible al poner el amor de Dios en acción para construir hogares, comunidades y esperanza en todo el mundo.
Oración
Padre, Tú eres soberano sobre toda la creación. Gracias por todo lo que me has dado para mantenerme en confianza y por las buenas leyes que Tú has puesto en marcha para gobernar la vida. Mientras avanza este día, puedo caminar con confianza, sabiendo que Tú tienes un plan de sucesión para todas y cada una de las situaciones ante mí. Ayúdame a no hacer más que Tu voluntad en Cristo Jesús, para la gloria de Tu reino. Amén.
Preguntas
- ¿Con qué frecuencia y de qué manera te resuena esta Escritura?
- ¿Qué lecciones extraes del texto de Dietrich Bonhoeffer sobre lo que se necesita para ser discípulo?
- ¿Hay algunas áreas de tu vida en las que sea hora de dejar ir y que se haga la voluntad de Dios?
Ronald Kiconco Ongopa es director de Donaciones Individuales en Hábitat para la Humanidad Internacional. Trabaja en Kampala, Uganda.
Semana 7
El amor de Dios en acción
Por Terrance Gattis
Porque Dios no es injusto como para olvidarse de las obras y del amor que en Su nombre ustedes han demostrado sirviendo a los creyentes, como lo siguen haciendo.
— Hebreos 6:10, Nueva Versión Internacional
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Mientras hablaba del amor, la Madre Teresa dijo estas palabras: “El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio”. Las palabras de la Madre Teresa nos recuerdan que el amor no es un sustantivo, sino un verbo. El amor no se mide por lo que decimos. Se mide por las acciones que realizamos y el servicio que prestamos.
La Cuaresma es un tiempo de preparación, autoexamen y reflexión mientras caminamos hacia la cruz. Es un tiempo de esperanza y un tiempo para recordar el amor que Dios demostró por nosotros cuando envió a Su Hijo para ser nuestro Salvador. Pero, ¿cómo deberíamos responder al amor de Dios? ¿Qué acciones deberíamos tomar? El escritor de Hebreos nos ha dado una respuesta. Debemos responder al amor de Dios poniendo Su amor en acción mientras trabajamos para servir y ayudar al pueblo de Dios.
La práctica de poner el amor de Dios en acción es de lo que se trata la misión de Hábitat. Cuando reunimos a las personas para construir viviendas, comunidades y esperanza, no solo estamos ayudando al pueblo de Dios proporcionando lugares dignos para vivir, sino que también estamos respondiendo al amor que Dios nos ha mostrado al poner Su amor en acción.
Recientemente, estuve en Hendersonville, Carolina del Norte, para hablar en un desayuno organizado por nuestro afiliado del Condado de Henderson. Tuve la bendición de ver la nueva comunidad que el afiliado ha construido —una comunidad de 114 familias, con 400 niños, parques infantiles y senderos para caminar. Al reflexionar sobre toda la gran obra que este afiliado ha realizado, es fácil recordar las palabras que se registran en el libro de Hebreos: “Dios no es injusto como para olvidarse de las obras y del amor que en Su nombre ustedes han demostrado sirviendo a los creyentes, como lo siguen haciendo”.
Para terminar, recuerdo una canción que aprendí cuando era niño en la iglesia, “And They’ll Know We Are Christians by Our Love.” (“Y sabrán que somos cristianos por nuestro amor”). Este debería ser nuestro enfoque durante esta temporada de Cuaresma: que el mundo sepa que somos cristianos no por las cruces que llevamos, sino por las personas que ayudamos y por el trabajo que hacemos al poner el amor de Dios en acción.
Oración
Dios Eterno, Te damos gracias por amarnos tanto que enviaste a Tu Hijo a ser nuestro Salvador. Te agradecemos que, a través de Jesucristo, nos has dado un modelo de lo que es poner Tu amor en acción. Así que, a medida que avanzamos en esta temporada de Cuaresma, oramos para que Tú nos hagas instrumentos de Tu amor. Continúa recordándonos que estamos llamados a poner Tu amor en acción al servir y ayudar a Tu pueblo. Amén.
Preguntas
- ¿Qué estás haciendo actualmente para ayudar al pueblo de Dios y qué más podrías estar haciendo?
- Puedes reflexionar sobre un momento en el que poner el amor de Dios en acción parecía difícil? ¿Qué acciones tomaste?
- ¿Puedes describir un momento en el que poner el amor de Dios en acción tuvo un resultado mayor que el que esperabas?
Terrance Gattis es capellán de Hábitat para la Humanidad Internacional. Trabaja en Atlanta, Georgia, EE. UU.
Socios de Oración Global
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