La seguridad de un piso firme
María Natalia vive con su marido, cuñada y tres perritos en una casa de San Juan Sacatepéquez, Guatemala. Cada mañana al levantarse, lo primero que hace es rezar a Dios y a la Virgen para dar gracias por un nuevo día. Luego limpia y ordena su casa de piso de tierra, prepara el desayuno y, por último, comienza su jornada laboral.
Su trabajo consiste en tejer desde el piso de su casa, por eso, cuando supo que su vivienda era una de las seleccionadas para sustituir el piso de tierra por concreto, se emocionó al saber que pronto podría desarrollar su actividad económica en condiciones ideales.
“Estoy contenta porque antes había tierra y arena en este piso, así que había mucho polvo”— María Natalia
“Estoy contenta porque antes había tierra y arena en este piso, así que había mucho polvo. Cuando me arrodillaba para tejer, no me sentía bien, me dolían las rodillas por la suciedad y las piedritas. Además, el suelo no era uniforme, por lo que me resultaba difícil tejer así. Antes, cuando los terminaba (los tejidos), estaban llenos de suciedad y polvo, ahora ya no. He notado la diferencia. Ahora no se ensucian y el telar está en una posición más firme y no se mueve tanto”, confirma María Natalia.
Su familia fue una de las seleccionadas para participar del proyecto piloto Pisos S3 de la Federación Interamericana del Cemento (FICEM), desarrollado en alianza con Hábitat para la Humanidad Guatemala, Cementos Progreso, el Instituto del Cemento y Concreto de Guatemala, y la Red de Emprendedores Indígenas.
El piloto se concentró en la construcción de un total de 1080 m2 de pisos de concreto con lo cual se benefició a 32 familias de cinco comunidades indígenas del municipio de San Juan Sacatepéquez. De manera integral al cambio del piso, se incluyó también la distribución de filtros purificadores de agua y se realizaron capacitaciones a las familias beneficiadas en relación hogares saludables, manejo del filtro, así como uso y mantenimiento del piso.
Tras el éxito en los resultados, Hábitat para la Humanidad y FICEM unieron esfuerzos oficialmente y lanzaron la iniciativa 100 mil pisos para jugar, la cual tiene como objetivo el reemplazar 100 mil pisos de tierra por concreto en viviendas vulnerables en todo Latinoamérica y el Caribe para el 2028.
La mejora en la vivienda de María Natalia no solo ha representado un beneficio para el desarrollo de su actividad económica, sino que también ha impactado positivamente en la salud de su familia.
Tanto su esposo como ella han notado una gran mejoría en su salud. Antes enfermaban mucho de tos y, desde que tienen el piso de tierra, no han vuelto a enfermar porque no conviven con el polvo frecuentemente.
“Gracias por la ayuda con el piso, estamos contentos y satisfechos. El piso se puede limpiar o lavar. Antes no podíamos por la suciedad y el polvo. Habíamos pensado en arreglar la casa, mejorarla, pero no habíamos podido”, dice María Natalia.