Se comprueba impacto positivo de los pisos de concreto

Impacto positivo de pisos de concreto

Piloto en República Dominicana

Nuestro piloto realizado en República Dominicana confirma que tener un piso de concreto impacta de forma directa en salud, educación, economía y bienestar familiar.

Las familias con un piso de concreto tienen un 20% más de estabilidad financiera, reducen sus gastos de salud en un 79% e invierten un 12% más en mejoras de su vivienda. Así lo confirma la investigación realizada por Hábitat para la Humanidad, en el marco de la iniciativa 100 mil pisos para jugar.

El estudio realizado a 85 familias en República Dominicana se hizo para evidenciar el impacto de un piso de concreto en la calidad de vida de las personas, con énfasis en tres áreas: salud, ausentismo escolar y recreación, así como desarrollo económico.

En 2015 la Pontificia Universidad Católica Argentina publicó el estudio Vivienda y Bienestar: evidencia de los asentamientos de Buenos Aires, en el cual se demostró que las malas condiciones de vivienda tienen un impacto negativo en el desempeño educativo de los niños y niñas en edad escolar, ya que no cuenten con un espacio adecuado para realizar sus obligaciones académicas.

El estudio piloto realizado por Hábitat para la Humanidad lo confirma y revela que las niñas y los niños a cuyas familias se les construyó un piso de concreto faltaron un 15% menos a clases, con lo cual se prueba que la calidad de la vivienda influye directamente en la educación. Además, la investigación confirma que jugaron un 80% más dentro del hogar, lo que indirectamente hace que estén más seguros y se desarrollen mejor académicamente.

La vivienda en el centro

“Este estudio es una pieza clave para nosotros, porque nos da evidencias de cómo la vivienda impacta directamente sobre diversos ámbitos como la salud, educación, economía y bienestar de la familia y un piso de concreto se convierte en una herramienta para la resiliencia de las familias. Los hogares que recibieron la mejora del piso pudieron sobreponerse con más facilidad ante situaciones adversas, por ejemplo, las inundaciones debido a fenómenos climáticos en la zona. Esto se une a hallazgos como los de Banco Mundial y la Universidad de California, que destacan incrementos en la calidad de vida para las familias con un piso seguro”, afirma Ernesto Castro, vicepresidente de área para Latinoamérica y el Caribe en Hábitat para la Humanidad.  

Los hogares que recibieron la mejora del piso pudieron sobreponerse con más facilidad ante situaciones adversas, por ejemplo, las inundaciones debido a fenómenos climáticos en la zona.
— Ernesto Castro, vicepresidente de área para Latinoamérica y el Caribe en Hábitat para la Humanidad

La iniciativa 100 mil pisos para jugar de Hábitat para la Humanidad y la Federación Interamericana del Cemento (FICEM), fue lanzada en abril del 2022; el objetivo es sustituir 100 mil pisos de tierra por concreto en viviendas vulnerables de todo Latinoamérica y el Caribe al 2028.

En otra investigación realizada y publicada en 2007 por Universidad de Berkeley y el Banco Mundial, se demostró que quienes tienen pisos de mayor calidad se enfrentan menos a enfermedades respiratorias y gastrointestinales que quienes cuentan con uno en mal estado. Ese estudio también propone que las personas con mejores condiciones en sus pisos tienen una mejor salud mental y poseen una mayor satisfacción con su vivienda y con su calidad de vida.

Hábitat para la Humanidad confirmó que la salud de las familias mejoró considerablemente, lo que se tradujo en ahorro y mejoría financiera, pero, además, la percepción de la calidad de la vivienda aumentó un 4% y la satisfacción con el piso y la vivienda en general, incrementaron en un 239% y un 25%, respectivamente.

Todos estos resultados de la investigación en un contexto reciente (2023-2024), evidenciaron que la iniciativa 100 mil pisos para jugar de Hábitat para la Humanidad y FICEM contribuye directamente con la resiliencia de las familias y coloca a la vivienda en el centro del bienestar. Contar un piso de concreto permite que las personas resistan mejor las tensiones y choques del contexto, como eventos climáticos, crisis económicas y brotes de enfermedades.

La iniciativa 100 mil pisos para jugar continúa en la búsqueda de aliados y socios que quieran extender este tipo de mejoras a toda Latinoamérica y el Caribe; para más información de cómo unirse a la iniciativa puede visitar www.pisosparajugar.org 

Resultados por indicador

79%

Gastó menos en salud = U$17,7 por mes

25%

Está más satisfecho con su vivienda

20%

Tienen más capacidad económica de cubrir sus necesidades

15%

Menos ausencias escolares en la niñez

12%

Mayor inversión en mejoras de vivienda = U$250 en 3 meses

4%

Aumentó su nivel de vivienda e infraestructura

1%

Se redujo la percepción del estrés

Se comprueba impacto positivo de los pisos de concreto

Sobre la metodología el estudio

Hábitat realizó un piloto de la medición de la aproximación al impacto, mediante la comparación del grupo de beneficiarios con otro que no recibió la intervención de la iniciativa 100 mil pisos para jugar. Para la medición de la contribución, se planteó el análisis de las diferencias entre los valores obtenidos en cada variable en la línea base y en la de salida, es decir, se compara el antes y el después de la construcción del piso.

Para conocer el nivel de impacto se compararon ambos grupos y, una vez obtenida esta diferencia, se realizaron pruebas para determinar si es estadísticamente significativa.  Los investigadores trabajaron con los siguientes indicadores cualitativos: capital financiero (ingresos y acceso a financiamiento), capital físico, inversión en vivienda y gastos de salud; y satisfacción con la vivienda y el piso (vivienda, piso, estrés percibido, ausentismo escolar y horas de juego dentro de la vivienda).  

Fuentes:

Cattaneo, M., Galiani, S., Paul, G., Martínez, S., & Tituunik, R. “Housing, Health and Happiness”. Impact Evaluation Series, 2007,14.

Mitchell, A., & Macció, J. “Housing and Wellbeing: evidence from the settlements of Buenos Aires”. Pontificia Universidad Católica Argentina, 2015.