Hábitat presente en el 11º Foro Urbano Mundial

“En Hábitat, instamos a los gobiernos, a las instituciones intergubernamentales y a las organizaciones que conforman la sociedad civil, a abordar las barreras que perpetúan la desigualdad en el ecosistema de la vivienda. Trabajando juntos, podemos garantizar que muchas más personas vulnerables y a menudo excluidos, tengan un lugar seguro al cual llamar hogar. Debemos abordar el déficit mundial de vivienda ahora”, asegura Patrick Canagasingham, director de Operaciones de Hábitat para la Humanidad Internacional.

Según la ONU, más de 1.800 millones de personas carecen de una vivienda adecuada, de los cuales 1.000 millones viven en asentamientos informales. Para el 2030, la organización estima que aproximadamente 3.000 millones de personas necesitarán una vivienda adecuada y asequible.

Los asistentes al Foro Urbano Mundial de este año no tienen que mirar muy lejos para comprobar la creciente necesidad de vivienda. Con pocos alquileres disponibles en comparación con otros países europeos, Polonia tiene un déficit de vivienda estimado en más de 2 millones de unidades. Hoy, el país ha recibido a más refugiados de Ucrania que cualquier otro, con más de 4 millones de personas en su territorio desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022.

En el Foro, Hábitat hace hincapié en que el déficit mundial de vivienda tiene sus raíces en las desigualdades sistémicas, que se ven exacerbadas por factores de estrés mundiales como la crisis de Ucrania y otros conflictos, así como la pandemia del COVID-19, el cambio climático, la inestabilidad política y la migración.

Un informe publicado por la organización en 2021, reveló que un componente fundamental del Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 -hacer que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles- es uno de los pocos indicadores que está retrocediendo como consecuencia de la crisis mundial de vivienda, amenazando así la capacidad del mundo para lograr otros objetivos relacionados al combate a la pobreza, incluidos los centrados en el acceso al agua, el saneamiento y la salud, la igualdad de género y la energía limpia.

“Los problemas que afrontan las personas que viven en un lugar inadecuado se componen de una serie de problemas sistémicos y, por lo tanto, el abordaje debe atener esta realidad. A su vez, no podemos olvidar la importancia del sector privado en este engranaje, tal y como lo demuestra el estudio “Cornerstone of Recovery” financiado por Hábitat, el cual reflejó que la construcción de viviendas representa, en promedio, un 13,1% del PIB en las economías de los 11 países analizados. Así mismo, debemos considerar que una simple mejora en una casa puede cambiar la calidad de vida y salud de las familias en los asentamientos. Por ejemplo, al solo sustituir un piso de tierra por uno de concreto, reduce en un 70% las infecciones parasitarias e incrementa el desarrollo cognitivo de un 36% al 96% en los niños, tal y como lo demuestra un estudio del Banco Mundial y la Universidad de California”, explicó Ernesto Castro, vicepresidente de Hábitat para la Humanidad en América Latina y el Caribe.

En el mundo, el trabajo de Hábitat para la Humanidad concentrados en facilitar mercados de vivienda más inclusivos ha permitido que más de 21 millones de personas puedan acceder a soluciones de vivienda.

Desde el Foro, la organización apoya el llamamiento del secretario general de la ONU para acelerar la acción para mejorar las casas y los asentamientos informales; y hace un llamado a socios tanto dentro como fuera del gobierno para poner la vivienda en el centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y actuar sobre los compromisos de la ONG con la Nueva Agenda Urbana.