Colaboradores de Hábitat Haití

Colaboradores de Hábitat Haití siguen en la zona del terremoto a pesar de las adversidades

Los colaboradores de Hábitat para la Humanidad Haití que viven en el área impactada por el último terremoto que sufrió el país, se han visto afectados por el desastre. Tal es el caso de Jean, un ingeniero situado en Les Cayes, quien ha temido a los terremotos desde que sobrevivió el de 2010, en el cual murieron casi 250.000 personas en Puerto Príncipe y sus alrededores.

A la hora del terremoto del pasado 21 de agosto del 2021, él estaba hablando por teléfono en su apartamento cuando sintió el fuerte movimiento de la tierra.

Igual que hace 11 años y medio, Jean salió por una ventana y saltó a una azotea, pensando que, si el edificio se derrumbaba, estaría más seguro en una parte alta. Cuando el polvo se asentó, se dio cuenta de que su apartamento se había separado por completo del edificio principal.

Jean y otro ingeniero de Hábitat Haití colocaron una lona sobre una casa en construcción y durmieron allí durante las dos noches siguientes al terremoto. La tercera noche no pudieron dormir porque debían turnarse para agarrar la lona mientras azotaban las torrenciales lluvias de la tormenta tropical Grace.

Los refuerzos de Hábitat Haití desde Puerto Príncipe llegaron al día siguiente con kits de higiene, tiendas de campaña, ropa y alimento.

Hoy, Jean y los demás miembros del equipo de Hábitat Haití duermen en tiendas de campaña. Cada mañana entran en acción y continúan con la evaluación del alcance total de daños a las viviendas de la zona.

Saben que no están solos, ya que las casi cuatro décadas de experiencia de Hábitat en Haití y las fuertes conexiones con funcionarios, familias y organizaciones locales, permiten que cada acción de Hábitat se realice como parte de una red.

En Hábitat para la Humanidad y en conjunto con nuestros aliados, estamos comprometidos con ayudar al pueblo de Haití para llevar a cabo el arduo trabajo de reconstrucción, con el fin de estar más seguros y protegidos en sus hogares la próxima vez que ocurra un desastre.