Transformamos vidas con pisos en Brasil
La historia de Lidiane
Un nuevo piso le dio a Lidiane y a su familia salud, seguridad y la esperanza de un futuro mejor.
“No teníamos cómo renovar nuestra casa. El dinero es solamente para comer y, a veces, ni nos alcanza para la comida”, dice Lidiane, una madre de 21 años de Riacho das Almas, en Pernambuco, Brasil. Su familia fue parte de nuestra iniciativa 100 mil pisos para jugar, de Hábitat para la Humanidad, que busca apoyar a familias en viviendas vulnerables, con pisos a menudo cubiertos solo por una capa de cemento quebradizo.
Aunque la casa de Lidiane tenía el piso muy deteriorado, con grietas y hundimientos, la familia no podía pagar lo necesario para la renovación: “Si comprábamos estas cosas, pasábamos hambre; ya que apenas sobrevivimos con la ayuda del gobierno, de la Bolsa Família”, explicó Lidiane al equipo de Hábitat para la Humanidad Brasil. En su casa, viven seis personas; entre ellas, dos adolescentes y dos niñas.
Veinte familias brasileñas han sido incluidas en la iniciativa 100 mil pisos para jugar, ideada por Hábitat para la Humanidad, en colaboración con la Federación Interamericana del Cemento (FICEM), la iniciativa nació con el espíritu de proporcionar a la niñez una infancia plena, que le permita jugar y desarrollarse de forma sana y segura gracias a la presencia de un piso adecuado.
La niñez, sobre todo en la primera infancia o hasta los seis años, es la más afectada por la falta de un piso adecuado. Es especialmente vulnerable por su necesidad de gatear, jugar y caminar, ya que está en constante contacto con el piso. Los pisos inadecuados, la suciedad o el cemento rústico alojan parásitos, bacterias e insectos que pueden causar diversas enfermedades, como anemia, desnutrición y diarrea.
Un estudio que evaluó los beneficios de sustituir los pisos de tierra por pisos de concreto en México, realizado por el Banco Mundial y la Universidad de California, mostró una reducción del 78% de infecciones parasitarias, del 49% en los casos de diarrea y del 81% en los casos de anemia. Además, demostró que un piso adecuado contribuye a una mejora desarrollo cognitivo de la niñez.
Lidiane explica que, debido a la falta de un piso adecuado, su hija sufría ataques de alergia: “Cada quince días, mi hija pequeña sufría ataques de alergia porque había mucho polvo dentro de la casa”. La joven explica que el piso anterior acumulaba mucho polvo, lo que hacía muy difícil mantener la casa limpia en todo momento: “Había tanto polvo que a veces tenía que regar la casa para combatirlo”, nos cuenta.
Desde la llegada de los materiales y el inicio de las reformas, Lidiane dice sentirse más animada y esperanzada. “Estoy muy emocionada, muy contenta. Hasta mi hija pequeña dice: ‘Mamá, nuestra casa va a ser de primera, muy bonita, bien ordenada’. Me emociona mucho. Solo tengo que dar gracias a Dios y a este equipo que ha tenido el buen corazón de estar aquí y ayudarnos, porque lo necesitamos”.
La iniciativa 100 mil pisos para jugar no solo transforma hogares, sino que también rescata sueños, al generar esperanza y dignidad en familias como la de Lidiane. Únete a Hábitat para la Humanidad para empoderar a familias a través de vivienda.