Día Mundial del Hábitat
45% de los hogares en la región no tienen una vivienda segura
Hábitat para la Humanidad se une a las Naciones Unidas para celebrar el Día Mundial del Hábitat 2022, con el objetivo de recordar que la vivienda digna, segura y resiliente, es un derecho humano fundamental del que no gozan 1.800 millones de personas en el mundo.
Según el Banco Interamericano de Desarrollo, el déficit cualitativo de vivienda afecta a casi la mitad de los hogares de América Latina y el Caribe; lo que se traduce a millones de casas construidas con materiales de mala calidad, sin acceso a agua potable, sin sanitarios, sin duchas, situadas en terrenos que no le pertenece a la familia y con pisos de tierra.
“En Hábitat tenemos la responsabilidad de continuar creando proyectos y programas que sumen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y ayuden a los gobiernos a disminuir el déficit de vivienda. Queremos acercar a las familias de ingresos bajos a alcanzar la tranquilidad de tener un lugar seguro al cual llamar hogar, desde donde puedan tener un mejor futuro, calidad de vida y salud”— Ernesto Castro, vicepresidente de área en Hábitat para la Humanidad para América Latina y el Caribe
La ONG tiene presencia en 70 países en el mundo, de los cuales 17 son en América Latina y el Caribe. Desde su fundación, la organización ha apoyado a que más de 39 millones de personas en el mundo construyeran o mejoraran su vivienda. Específicamente en región latinoamericana en el último año fiscal, Hábitat contribuyó a mejorar las condiciones de vivienda de más de 1,4 millones de personas.
Soluciones necesarias. Entre los proyectos actuales más importantes en la región se encuentra la iniciativa 100 mil pisos para jugar, la cual la organización desarrolla junto a la Federación Interamericana del Cemento (FICEM). Esta forma parte del programa Pisos S3 de FICEM y tiene como objetivo el reemplazar 100 mil pisos de tierra por concreto en viviendas vulnerables en todo América Latina y el Caribe al año 2028.
Fue lanzada a finales de abril del 2022 y está dirigida a familias en condición de pobreza, que habiten viviendas con un piso en el que el material predominante sea la tierra u otro en muy mal estado; enfocándose principalmente en hogares con mujeres cabeza de familia, con niños menores de 6 años, adultos mayores, y/o con personas con alguna discapacidad.
Los pisos de tierra albergan parásitos, bacterias e insectos que causan diarreas, enfermedades respiratorias, anemia, entre otros. La sustitución de un piso de tierra a concreto genera beneficios directos en la salud; así lo confirma un estudio del Banco Mundial y la Universidad de California que analizó el impacto en la salud de un programa de sustitución de pisos de tierra en México.
En los niños se registró una reducción en un 70% en las infecciones parasitarias, 49% en diarreas y 81% en anemias, además de incrementar desde un 36% el desarrollo cognitivo. Por su parte, en los adultos se evidenció un aumento del 59% en la satisfacción de la vivienda, menor depresión en un 52% y menor estrés en un 45%.
“Además de beneficiar directamente en la salud de la familia, nuestra experiencia nos demuestra que, tras una pequeña mejora en la vivienda, como el construir un piso de concreto, incentiva a las familias a continuar mejorando, poco a poco, otros aspectos de sus casas. Ellos, al experimentar la mejora directa en su calidad de vida se impulsan para iniciar el proceso de mejora de la vivienda”— María Teresa Morales, directora de Operaciones en Hábitat para la Humanidad para América Latina y el Caribe
En cada uno de los 17 países en donde Hábitat tiene presencia en la región, la organización desarrolla diferentes proyectos en vivienda, enfocados en las necesidades específicas de la población de ingresos bajos, para que las familias puedan tener opciones reales que se ajusten a sus necesidades y presupuesto para construir o mejorar el lugar seguro al cual llamar hogar y así, apoyar a la disminución del déficit de vivienda a nivel nacional.